Jorge Garcés B.
Si al señor Trump no lo inhabilitan para las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos no habrá poder humano ni quién lo pueda atajar. Su eventual regreso a la Casa Blanca partiría en dos a los norteamericanos, que de hecho ya están bastante divididos y el rumbo del mundo quedaría en manos de un hombre muy peligroso.
En el 2024 habrá elecciones en más de 90 países del mundo. Es decir, que habrá ganadores y perdedores en distintas latitudes y culturas políticas del globo terráqueo. Ojalá que esa natural conflictividad política que se avecina opte por transformaciones responsables y sensatas.
Entre tanto, el narcotráfico seguirá siendo un problema global y junto a las contradicciones sociales, ambos continuarán siendo la combinación perfecta para incubar la violencia en las sociedades modernas. Por otro lado, dicen que la inteligencia artificial (IA) acabará con el 40 % de los empleos en el mundo, pero creo que más bien deberíamos enfocarnos en los nuevos trabajos que seguramente se van a crear.
Así como la máquina no reemplazó completamente al hombre en la industrialización, la IA tampoco reemplazará por completo al hombre amoroso. Además, la sensibilidad, la ética, la dignidad y el honor son valores que nunca podrán tener los computadores. Y pensar o saber pensar requiere de estos valores para encontrarle un sentido a la experiencia de vivir en armonía con los demás.
Estoy convencido que la IA obligará a las instituciones educativas a dejar su absurda manía de estar permanentemente midiendo el conocimiento. A los jóvenes hay que examinarles, pero el alma, las pasiones, los sueños y los miedos. Debemos formar ciudadanos y seres humanos íntegros para que después puedan ayudarnos a resolver los problemas estructurales que tiene el mundo de hoy.
Colombia, por ejemplo, tiene que concentrar sus esfuerzos en producir con valor agregado y exportar más. No obstante, sin seguridad física y jurídica para los inversionistas, esto seguirá siendo pura retórica y nada más que carreta. Por eso necesitamos consolidar un Estado Social de Derecho, donde ninguna élite pretenda cortarle la cabeza a la otra. En otras palabras, tenemos que construir un país donde no nos sigamos matando y donde tengamos claro que nuestra mayor ventaja comparativa es la biodiversidad.
Al mismo tiempo, es evidente que el futuro de Colombia dependerá en buena medida de qué lado de la balanza queremos estar. ¿Del lado de los países que exportan sus problemas o de las naciones que le ofrecen soluciones a la humanidad? Por lo pronto, en materia doméstica se vislumbra un avance en infraestructura educativa y ambiental, pero conectar al país y descentralizarlo seguirá siendo un imperativo para ser más competitivos, impulsar las economías campesinas, integrar a las regiones e incluso para atender asuntos de Seguridad Nacional.
Así mismo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) nos recuerda que tenemos que dedicarnos a producir alimentos. Y los economistas más avezados nos advierten que debemos pasar de los combustibles fósiles a las energías limpias, pero en coordinación con los demás países del mundo y con la platica del petróleo bien fresquita en las arcas de la nación; porque ningún país desarrollado en el mundo de hoy ha dicho que va a pagar por el petróleo que utiliza y por el que Colombia deje de utilizar. Entre otras cosas, porque transitar de los combustibles fósiles a la energía solar y eólica es muy costoso.
Lo cierto es que el mundo no está hablando de economía, así como los locos nunca hablan de su locura, pero el caso de los Juegos Panamericanos que perdimos y “la casa del despilfarro” en Davos, Suiza, demuestran que en Colombia cuando no se roban la plata, la invierten mal o se derrocha como con el séquito de la primera dama.
LANZA LLAMAS:
Esperemos que el naciente periódico estatal Vida se dedique a hacer periodismo como la BBC y no propaganda como Telesur. ¡Buena suerte Matador!
El mundo cada vez más buscando soluciones a problemas inexistentes; a los mismos problemas de siempre. Colombia está pasando por un periodo transitorio que teníamos que vivirlo. creo que en el 2026 vencerá nuevamente la derecha y se posesionara nuevamente por décadas. Ojalá así sea